Preparación del semillero
El sustrato del semillero requiere cuatro componentes esenciales, a partes iguales en volumen:
- TURBA,      sustrato inerte esponjoso que retiene la humedad y la suelta poco a poco
 - ARENA      DE RIO no arcillosa, que facilita el drenaje
 - MANTILLO      o compost, materia orgánica ya descompuesta, el alimento para las plantas
 - TIERRA DEL HUERTO para facilitar la posterior adaptación de las plantas a su ubicación final
 
Detalles importantes: 
- la       turba debe conservarse en su       saco muy bien cerrado, para evitar que pierda el grado de humedad que       necesita, con lo que no realizaría su función correctamente.
 - El       mantillo debe haber completado       el proceso de descomposición, no estar caliente sino a la temperatura del       entorno, no humear pues querría decir que ha fermentado.
 - El semillero debe tener agujeros en el fondo para facilitar la expulsión del agua sobrante y una profundidad de al menos 10-15cm para las plantas de la huerta, o unos 6-7cm para las de flor. Si las raíces no tienen espacio para crecer hacia abajo, se enroscan y las plantas morirán al tiempo de ser trasplantadas, incapaces de recuperar la orientación correcta.
 
Proceso de realización del semillero:
- Preparar      la mezcla de los cuatro componentes del sustrato.
 - Llenar      la bandeja hasta el borde, dejando el sustrato bien suelto, sin apelmazar.
 - Aplastar      ligeramente hasta dejar el grueso de un dedo libre desde el borde.
 - Mezclar      en un recipiente las semillas con arena de río.
 - Extender      esta mezcla sobre el sustrato lanzando con la mano desde cerca.
 - Cubrir      con turba o con la misma mezcla de 4 componentes si ha quedado, hasta el      borde
 - Trasladar      al lugar donde quedará instalado el semillero, con buena luz y aireado.
 - Regar abundantemente con el difusor para evitar desplazar las semillas.
 
Labores de mantenimiento:
- Mantener      húmedo el sustrato.
 - Si      se coloca junto a la ventana, girar la bandeja periódicamente para evitar      que las plantas se vicien hacia un lado por el fototropismo positivo.
 - Cuando      hayan salido todas, para evitar que se “hilen” buscando la luz y queden      debilitadas, quitar algunas dejando más espacio para las que parezcan      mejores, y regar a continuación abundantemente para cerrar los huecos      dejados en la tierra por las raíces extraídas.
 - Vigilar      la posible aparición de verdín, que indicaría un exceso de riego.
 
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