28 septiembre 2008

COMPOST

Preparación del compost

El compost, mantillo o humus es materia orgánica descompuesta. Si el proceso se realiza correctamente, no tiene mal olor pues no se pudre, sino que evoluciona.

  • Ubicación: Elegir un lugar apartado, a ser posible sin sol directo ni tampoco sombrío. Puede hacerse directamente sobre la tierra pero no sobre un suelo de hormigón o loseta, pues necesita un apoyo permeable. Si ha de ser así, habrá que hacerle una cama de ramas o bien poner un palet.
  • Proceso: Acumular una capa de unos 30cm de materia orgánica, añadir una fina capa de compost del año anterior. Después repetir el proceso con otra capa de materia orgánica y una nueva de compost ya terminado de hacer. No acumular más de un metro de altura, pues el peso impediría el proceso correcto.
  • Temperatura: Si la temperatura es baja, el proceso de descomposición se detiene. Para ayudar a que continúe hay varias opciones,
    • cubrir unos días con un plástico negro, pero después retirarlo para evitar que comience a pudrirse,
    • añadir una pequeña cantidad de cal viva,
    • manguera porosa alimentada por un panel solar (ingenios solares)
  • Separación: algunos componentes ricos en ciertos elementos pueden ser retirados, machacados y conservados por separado para añadirlos según las necesidades del cultivo (esta parte no me ha quedado muy clara)
    • Huesos:  como fuente de fósforo y calcio, que ayuda a potenciar la floración, será un buen añadido en las zonas donde plantemos tomates, berenjenas, calabacines, etc
    • Raices de leguminosas, hortigas: como fuente de nitrógeno, que ayuda a potenciar la proliferación de hojas verdes
    • Cenizas: como fuente de potasio, que evita la congelación y la desecación, será apropiado para las plantas invernales, como el ajo.
  • Plantas espontáneas, pueden perjudicar los cultivos, al “robar” los nutrientes del huerto a las plantas cultivadas, por lo que pueden ser retiradas.
    • Si no tienen semillas las añadimos al compost.
    • Si tienen semillas las quemamos, pues éstas resisten el proceso de compostaje y las plantas no deseadas volverían a nacer en nuestro huerto al usar el mantillo. Usamos las cenizas como fuente de potasio.
    • Algunas de estas plantas espontáneas pueden ser usadas para movilizar nutrientes presentes en el suelo del huerto, al tener raíces más profundas y extraer esos nutrientes a los que nuestro cultivo no llegaría, añadiéndolas posteriormente al compost.
  • Es aconsejable que esté presente en el compost materia orgánica de origen animal, pues completa los componentes necesarios para la evolución correcta del proceso. Si no se usan restos de la cocina, sino sólo restos vegetales del propio huerto, sería recomendable añadir cierta cantidad de excrementos animales, por ejemplo de caballo, evitando los de ganado industrial, que podrían presentar ciertos problemas por la medicación excesiva a la que están sometidos.

SEMILLERO

Asisto al curso "vamos a hacer un huerto" en el Aula de Educación Ambiental, la mañana de un domingo al mes. Hoy hemos aprendido a preparar un semillero y una compostera. Este es un resumen de lo aprendido sobre el semillero:

Preparación del semillero

El sustrato del semillero requiere cuatro componentes esenciales, a partes iguales en volumen:

  • TURBA, sustrato inerte esponjoso que retiene la humedad y la suelta poco a poco
  • ARENA DE RIO no arcillosa, que facilita el drenaje
  • MANTILLO o compost, materia orgánica ya descompuesta, el alimento para las plantas
  • TIERRA DEL HUERTO para facilitar la posterior adaptación de las plantas a su ubicación final

Detalles importantes:

    • la turba debe conservarse en su saco muy bien cerrado, para evitar que pierda el grado de humedad que necesita, con lo que no realizaría su función correctamente.
    • El mantillo debe haber completado el proceso de descomposición, no estar caliente sino a la temperatura del entorno, no humear pues querría decir que ha fermentado.
    • El semillero debe tener agujeros en el fondo para facilitar la expulsión del agua sobrante y una profundidad de al menos 10-15cm para las plantas de la huerta, o unos 6-7cm para las de flor. Si las raíces no tienen espacio para crecer hacia abajo, se enroscan y las plantas morirán al tiempo de ser trasplantadas, incapaces de recuperar la orientación correcta.

Proceso de realización del semillero:

  • Preparar la mezcla de los cuatro componentes del sustrato.
  • Llenar la bandeja hasta el borde, dejando el sustrato bien suelto, sin apelmazar.
  • Aplastar ligeramente hasta dejar el grueso de un dedo libre desde el borde.
  • Mezclar en un recipiente las semillas con arena de río.
  • Extender esta mezcla sobre el sustrato lanzando con la mano desde cerca.
  • Cubrir con turba o con la misma mezcla de 4 componentes si ha quedado, hasta el borde
  • Trasladar al lugar donde quedará instalado el semillero, con buena luz y aireado.
  • Regar abundantemente con el difusor para evitar desplazar las semillas.

Labores de mantenimiento:

  • Mantener húmedo el sustrato.
  • Si se coloca junto a la ventana, girar la bandeja periódicamente para evitar que las plantas se vicien hacia un lado por el fototropismo positivo.
  • Cuando hayan salido todas, para evitar que se “hilen” buscando la luz y queden debilitadas, quitar algunas dejando más espacio para las que parezcan mejores, y regar a continuación abundantemente para cerrar los huecos dejados en la tierra por las raíces extraídas.
  • Vigilar la posible aparición de verdín, que indicaría un exceso de riego.